POR UNA NUEVA MEDICINA: I+D+i INDIVIDUALIZADA, DIFERENCIAL, INNOVADORA

Lo único constante es el cambio. No hace falta ser Heráclito para darse cuenta de la impermanencia en la que vivimos cada uno de nuestros días, cada una de nuestras etapas. La vida es puro aprendizaje, y quien se rebela contra ello, entra en un innecesario estado de sufrimiento en vez de aprovecharlo para crecer y evolucionar.

La medicina en nuestra era debe estar adaptada a la evolución en la que estamos inmersos, al despertar de conciencias y a dar soluciones de una forma proporcional a las necesidades de los pacientes.

Es indudable el avance de la tecnología médica de las últimas décadas. La inmunoterapia, la genómica, prótesis que se mueven con la mente, la cirugía robótica, con la que se pueden realizar cirugías de precisión a kilómetros de distancia o los auriculares que avisan de una crisis epiléptica inminente, son grandes muestras de ello. Se han adaptado a la era digital, a la evolución de los avances científicos y tecnológicos. Es natural y necesario. Necesitamos una medicina intervencionista y de urgencias eficiente, una medicina tecnológica lo más evolucionada posible. Ésto salva vidas, ésto cambia por completo la perspectiva de vida.

Pero las causas más frecuentes de muerte a nivel mundial son debidas principalmente a enfermedades crónicas, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas o la diabetes. Y lo más importante, la mayoría son consideradas prevenibles por la Organización Mundial de la Salud (el 42% fueron prematuras y evitables).

Sin embargo, nuestro abordaje no ha variado nada en las últimas décadas. Seguimos en un farmacocentrismo irracional e innecesario. Lejos han quedado las recomendaciones de Lalonde, ministro de sanidad que propuso una reforma en el sistema sanitario canadiense en el año 1974, basadas en un estudio epidemiológico sobre las causas de muerte y enfermedad, que se resumieron en estos cuatro grandes pilares o determinantes de la salud:

• MEDIO AMBIENTE: relacionado con los factores ambientales físicos, biológicos, de contaminación atmosférica, de contaminación química, tanto del suelo, agua y aire, y los factores socioculturales y psicosociales relacionados con la vida en común.
• ESTILO DE VIDA: Relacionados con los hábitos de vida personales y de grupo en cuanto a la alimentación, actividad física, adicciones, conductas peligrosas o temerarias, actividad sexual, utilización de los servicios de salud, etc.
• BIOLOGIA HUMANA, relacionado con aspectos genéticos y con la edad de las personas.
• ATENCIÓN SANITARIA: que tiene que ver con la calidad, accesibilidad y financiamiento de los servicios de salud que atienden a los individuos y poblaciones.

Pero paradójicamente, la mayor parte de los recursos económicos no van destinados a los determinantes más relevantes, sino que se enfocan principalmente en el sistema sanitario, lo que a su vez genera más demanda y dependencia del mismo.

Esto debe cambiar. Muchas patologías habituales no encuentran solución dentro de este sistema sanitario centrado en la enfermedad y la medicación. Muchas de estas patologías terminan cronificándose y agravándose por la múltiple interacción entre los fármacos, o dando lugar a la aparición de nuevos síntomas secundarios a las reacciones adversas de estos medicamentos. La población comienza a darse cuenta de ésto y pide nuevos abordajes. Hay que aprovechar esta situación para generar un nuevo papel del paciente en su enfermedad, pasando del victimismo a la responsabilidad, del paternalismo al empoderamiento.

La Medicina Integrativa no es sólo una subespecialidad que incorpora las terapias naturales a la medicina convencional. Es mucho más que una transición terminológica de las medicinas alternativas o complementarias.

• Entiende este cambio y se adapta abordando la enfermedad desde otro punto de vista, más global, más integrado en las esferas biopsicoemocionales del paciente, individualizando en cada caso las propuestas terapéuticas, entenciendo la diferente expresión de síntomas de un paciente a otro, haciéndole partícipe de su recuperación a través de inculcarle cambios en sus hábitos de vida y ayudándole a tomar conciencia y a conectar con su verdadera naturaleza.

• Comprende la expresión de la enfermedad de una forma global, en el que los síntomas expresan un desequilibrio del organismo por alteraciones entre los diversos órganos. Y entiende la importancia de incidir en cambios en la alimentación, en los hábitos de vida, en el entorno ambiental, en el abordaje emocional y psicológico, y en las terapias manuales o energéticas, que puedan influir de forma positiva en un nuevo estado de salud que sea incluso capaz de disminuir la enfermedad preexistente.

• Prioriza las terapias más respetuosas con la naturaleza humana, y contempla los múltiples factores que puedan estar influyendo en la expresión sintomatológica de las diferentes patologías, como los tóxicos ambientales, los disruptores endocrinos, la microbiota intestinal, las cicatrices que pueden provocar interferencias o alteraciones miofasciales, las alteraciones posturológicas, la detoxificación hepática, los polimorfismos genéticos o las emociones que condicionan nuestra biología más inconsciente. Y discrimina cuándo es prioritario utilizar los recursos convencionales o recurrir a terapias naturales que refuerzan el sistema inmunológico, hormonal y metabólico, y que potencian las capacidades curativas del organismo.

• Tiene su principal interés en dar solución a esas enfermedades crónicas, a mejorar la longevidad y la calidad de vida, a disminuir la aparición de enfermedades prevenibles y a resolver el conflicto entre las terapias naturales más interesantes y los fármacos químicos ineludibles.

Por ello, apostemos por seguir evolucionando dentro de un mundo cambiante y lleno de nuevos retos.

FUENTE: http://medintegra.es/por-una-nueva-medicina-idi-individualizada-diferencial-innovadora/

2020-10-16T14:55:33+00:00